JOSÉ PLAYO
“Cómo ponerle onda a una gacetilla”
Peinate que viene gente antes revista, ahora blog y siempre un antojo literario.
El azar, la providencia y las ganas de hacer algo creativo sembraron la semilla de “Peinate que viene gente” una publicación atípica sospechada y materializada por José Playo un inquieto que se define más comunicador que periodista.
Allá por 2003 trabajando para una empresa, renegando de sus funciones, redactaba gacetillas y noticias, se dio el gusto de hacer lo que quería: “armé una publicación que era un chiste hacia la misma publicación, entonces era todo el contenido de esa publicación en joda”, cuenta José. Ya fuera de la empresa, con las mismas ganas armó su propia revista, imprimió 500 ejemplares y la regaló. Sus críticos más cercanos lo convencieron de que había tirado la plata. Los críticos más lejanos simpatizaron con la propuesta y se lo hicieron saber por mail. De todo se aprende, según Playo, “si tenés ganas de hacer algo, hacelo”, críticos abundan.
Lo que comenzó producto del tedio y por puro gusto pasó a la web. En 2004 comenzó a incursionar en el tema de los Blogs. Al principio era un sitio estático y luego fue tomando forma hasta llegar a lo que es hoy. El Blog Peinate que viene gente, “es un registro literario, tiene como premisa nunca tratar temas de la actualidad, justamente lo contrario al periodismo”. Así el espacio aparece relleno de anécdotas, vivencias, reflexiones, inquietudes, ideas, algo que decir, algo para comunicar. En definitiva, “escribo lo que a mi me gustaría leer” así define la agenda del blog.
Peinate, explica su creador, “es una revista que no tiene nada que ver con nada”. Así surgió y así se mantiene vigente. Sólo cambió el soporte. Y José reconoce que prefiere la versión impresa a la digitalizada y admite que le cuesta mucho leer en Internet. Es además un lector tan ávido como exigente: “leo la primera hoja si la primera frase no me gustó lo tiro”. Entre sus favoritos cita a Stephen King, Fontanarosa y a Casciari.
Audaz, osado, original, innovador, arrebatado es el estilo que José Playo logra en sus textos. Puede gustar, disgustar o embelesar. Gustos abundan, al igual que críticos, el tema es aprender a escribir, a comunicar y a servirse de las palabras. Lectores siempre van a hacer falta.
“Hay cosas que me salen mejor escritas que habladas”, comenta Playo convencido de que existe lo que llama el “gen de la sobremesa”, es decir esa destreza para cautivar, para narrar historias y conseguir la atracción de los comensales. Y el otro elemento que se necesita es la habilidad para trasladar lo dicho al papel. Así la clave para aprender a escribir quedó traducida.
También implica una cuestión de formación profesional para desempeñarse como comunicador, escritor, novelista o como pueda definirse el rubro de Playo. Que queda claro que no es periodismo. “Lo que me divide con el periodismo para mi es un surco más que una línea”, completa José y se resiste a ser encasillado como periodista. Y refuerza la idea de la importancia en formar para hacer y dar lo mejor. Conocer los géneros, las herramientas del lenguaje, el manual periodístico, los elementos de los textos para poder jugar con eso mismo, cambiarlo, modificarlo para saber “qué es lo que estás haciendo”.
Playo es categórico cuando dice que no existe la persona que escriba y no lea. Ahí afianza la idea de la formación, “aprender a escribir es básicamente aprender a copiar” en el sentido de que al leer se descubren nuevas formas, nuevos estilos, otros recursos y uno puede elegir una nueva manera de mezclar lo leído y hacer algo nuevo. “Pero siempre lo hacés después de otro”, aclara.
Pese a que su estilo narrativo no se inserta dentro de lo periodístico formal, tuvo un entrenamiento en los medios haciendo prensa en instituciones privadas, pasó por algunas publicaciones como Ciudad X. La Mañana de Córdoba y Día a Día lo convocaron. La Voz del Interior lo confundió con un diseñador gráfico. Y en radio Mitre lo requirieron para hacer una columna de política. “Me parece alucinante el periodismo pero no es lo mio”, confiesa contundente. Y su convicción puede más que la sinceridad para jactarse de que uno de sus desafíos siempre fue “cómo ponerle onda a una gacetilla”.
De su desempeño en el periodismo y en la cultura recuerda que no se sentía cómodo. “Tenés que estar todo el día ahí. No hay fin de semana, no hay feriado, no hay nada, todo es la noticia”. “Gané un poco más de guita pero nunca la pude disfrutar”. También resalta la conducta competitiva de los medios: “Es una cosa muy sádica. Entrás y si le podés pisar la cabeza a alguno te quedás sino a tu casa: no servís”. Y además considera que “Córdoba es un lugar muy mezquino para laburar”.
De todas maneras, actualmente además de escribir en el Blog, José es docente de Literatura y Cine de la Universidad Blas Pascal, enseña, educa y proclama la fórmula más simple: "hacer algo que te guste".
Por María Eugenia Lunad Rocha
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