jueves, 30 de junio de 2011

Ciudadanos y Comunidades en defensa de la Salud Pública y el Ambiente

El sábado 26 de Febrero se realizó en Noetinger el 16º Encuentro de Pueblos Fumigados de Córdoba, donde nuevamente se trabajo en asamblea el proyecto de modificación de la ley 9164 de agroquímicos, que permite fumigar al lado, a cero metros, de una vivienda, de un niño, de un colegio, de un hospital. Por eso mismo, ya se está preparando el próximo encuentro para el mes de Mayo en Pozo del Molle.
                       Colectivo Paren de Fumigar Córdoba



 colectivo Paren de Fumigar, venimos trabajando sobre este proyecto de modificación participativamente en toda la provincia, solicitando el apoyo de toda la sociedad cordobesa para proteger el ambiente y la salud pública.
Como colectivo sostenemos la prohibición de fumigación a 1.500 metros de distancia de los centros poblados y la prohibición total de aplicaciones aéreas.

Algunos puntos de la ley 9164 a modificar son:
·  Cambiar la autoridad de aplicación de la Secretaría de Agricultura (visión productivista cómplice del desgobierno actual) a la Secretaría de Ambiente (visión precautoria a construir federativamente).

· Pasar del control de asesores fitosanitarios (ingenieros agrónomos pagados por productores) a inspectores fitosanitarios (funcionarios públicos designados en todos los municipios y comunas en audiencias públicas)
· Transformar la Comisión Asesora Honoraria (con representación corporativa ultramayoritaria) en un Consejo Ejecutivo Provincial de Agroquímicos (con representación democrática, pasando el control a manos de la ciudadanía).  

Hemos elaborado un proyecto de modificación de la Ley 9164, que armoniza una sola perspectiva técnica, base de decisiones públicas en diversos países, con la perspectiva que más interesa a la hora de hablar de una ley democrática, la visión y la experiencia vivencial de la ciudadanía.

Este proyecto tiene aportes científico-técnicos, ya que en nuestra organización además de madres, vecinos/as, trabajadores/as, también participan, estudiantes universitarios, ingenieros, productores apícolas, vitivinícolas, médicos, biólogos, físicos, psiquiatras, comunicadores, docentes e investigadores de las ciencias sociales y políticas, artistas, todos unidos en el carácter de afectados por la aplicación de plaguicidas y cada uno construyendo y aportando desde su lugar y conocimiento. También cooperan con nosotros especialistas y académicos de todo el mundo a través de nuestra participación en redes virtuales en defensa de la vida y el ambiente en todos los continentes.

Ya hemos definido nuestra posición respecto a los problemas que causan a la salud los agroquímicos, y las modificaciones que necesita la Ley 9164. Solicitamos el apoyo de toda la ciudadanía para que la propuesta de reforma de ley elaborada por los pueblos fumigados tome estado legislativo, que la nueva reglamentación con la que el gobierno pretende continuar tapando el envenenamiento masivo en el que nos encontramos se escude a través de las empresas de agroquímicos sobre las “buenas prácticas”, cuando sabemos que ellas son cómplices de delitos sistemáticos, de la comercialización y uso en negro, la evasión fiscal y lo que más nos agravia, del envenenamiento de nuestros cuerpos, y de nuestro suelo, aire y aguas.

NO HAY FUMIGACIÓN CONTROLABLE: FUNDAMENTOS
Cuando los ingenieros agrónomos quieren convencernos y convencerse que el problema de las fumigaciones no es más un problema ambiental sino de producción, y quieren seguir trabajando para sus intereses, dicen que “no hay que prohibir nada, solo aplicar bien”. 
Este concepto forma parte de lo que se determina técnica y oficialmente como las “Buenas Prácticas Agrícolas (BPA)”. Las BPA son una serie de recomendaciones para la producción agrícola que tienen entre sus objetivos: mejorar la rentabilidad por disminución de pérdidas, disminuir el impacto ambiental, y mejorar la calidad de la producción. 
Si bien sus recomendaciones son mejores que desconocerlas, lo cierto es que las BPA lo que garantizan es que los mercados consumidores tengan mejores productos, menos contaminados. Ellos las impulsan, ellos son los beneficiados.
Las BPA hablan mucho de las fumigaciones. Dicen a qué velocidad debe ir la máquina fumigadora, dice que productos son mejores que otros, recomienda el uso de equipos de protección para lxs trabajadorxs, y repite y repite en los beneficios de que la aplicación esté asesorada por un Ingeniero Agrónomo matriculado. Se le pasa un buen detalle a las BPA: los vecinos de las fumigaciones. Las BPA no dicen nada de cuál es la distancia mínima de una fumigación con una casa, para garantizar el impacto cero en la salud de la población. Esto es una de las tantas cosas que se les pasan a las BPA, porque no consideran ni como una posibilidad que las fumigaciones destruyan los ecosistemas donde se aplican, ni micro ni macro, ni dicen nada de los transgénicos, de los monocultivos, ni las monoculturas, ni los grupos de poderes económicos que fomentan; muchos menos de los costos que se ahorran negando la contaminación que producen y como transfieren esos costos a la sociedad e individualmente a los enfermos. Claro, eso no necesitan decirlo porque sus amigos ya lo saben.
Pero supongamos que solo pensamos en los humanos. Nosotros fundamentamos con 3 puntos, que por más que las BPA digan que se puede fumigar en forma segura al lado de una vivienda, esto es inviable. Por más que una aplicación se haga garantizando que TODAS LAS GOTAS del veneno caen en el campo del propietario de la producción (algo que ningún agrónomo firmaría bajo escribano), aún así, hay tres puntos que son imposible de controlar:
Primero: luego de irse la máquina, queda volatilizando el veneno y sus coadyuvantes en el entorno de las plantas y el suelo, lo que hace que cualquier brisa que se genere pueda desplazarlos a las viviendas. Este efecto aumenta con el aumento de la temperatura, es decir, que en verano es peor, justo la época que más se fumiga. Solo para graficar esta posibilidad, citamos a una publicación de la Prof. Dra. (Msc.) Ing. Agr. Susana Hang (Fac. de Agronomía, UNC) en la revista del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la pcia de Córdoba de octubre de 2010, donde dice "en el caso particular de los herbicidas está demostrado que la eficiencia de uso es inferior al 20%, vale decir que buena parte del producto no cumple la función específica aún cuando la aplicación se realice adecuadamente".  Luego en cuadro siguiente en la publicación aclara que el resto de ese 20%, puede volatilizar (entre el 0-90%), ser absorbido por el suelo (1-10%), lixiviar (1-5%), o ser arrastrado por erosión (0-5%);
Segundo: en caso de que no se genere brisas ni vientos luego de la aplicación, la volatilización de los principios activos y los coadyuvantes puede ser impulsada por el fenómeno físico que se llama Reversión Térmica (RT). La RT es un fenómeno de variación de temperaturas que se produce en el colchón de aire que queda a menos de 10 metros del suelo, y se da entre las 20hs y las 23hs por lo general, haciendo que cualquier humo o gas quede suspendido en esta franja, que es la de nuestras casas, sin poder subir ni bajar. Asi los venenos que volatilizan de los campos fumigados quedan dando vuelta por nuestros pueblos facilitados por la RT.
Tercero: supongamos que no volatiza nada de agroquímico, y que la RT no agrava el movimiento de plaguicidas, tendríamos el problema de la volatilización del polvillo del campo. Todos los agroquímicos tienen distintos tiempos en que se descomponen sus moléculas. Este tiempo se mide en días, semanas, o meses. Pero aún cuando algunos principios activos (la molécula principal del veneno) se descomponen, no necesariamente pierden peligrosidad, sino que pueden transformarse en moléculas más o menos peligrosas. El primer problema que surge es que lo que se forma de la descomposición en la mayoría de los casos se desconoce, y/o se desconocen sus efectos, o se desconocen los efectos sinérgicos entre los compuestos formados y el ambiente. Pero el problema que queremos marcar es el de no-control de los residuos de plaguicidas que queda en la tierra, que luego llegan a nuestras casas y pulmones con el polvillo ambiente. En este punto las fumigaciones son totalmente incrontolables. Hay trabajos de investigación en EEUU que miden los residuos de agroquímicos que están en el polvillo juntado por la aspiradora hasta700metros de los campos fumigados. 
Recordamos que si pudiésemos demostrar que UNA SOLA MOLÉCULA, solo una, escapa de un campo y llega a nuestros patios, estamos ante un problema de RESIDUOS PELIGROSOS. Tenemos una ley de de Residuos Peligrosos, que es la 24051, que dice que “quien genere un RP debe hacerse cargo del mismo hasta que desaparezca de la tierra”. Esta es una Ley penal, quien no la cumpla va preso por contaminación. Por esta Ley hoy están presos los fumigadores de Barrio Ituzaingó.
En resumen, y con algunas visiones técnicas, seguimos fundamentando lo que sabemos desde el sentido común y la experiencia: que echar venenos es envenenar, no producir, y que quien está en un ambiente envenenado se envenena.
Estos son algunos de los fundamentos que podemos esbozar para afirmar que: no podemos como sociedad festejar una forma de producción basada en el exterminio, con un lenguaje y prácticas de guerra que destruye nuestras relaciones vecinales, comunitarias, familiares, con nuestra naturaleza; hemos comenzado a construir herramientas institucionales reales que nos defienden de al ambición desmedida de nuestros conciudadanos en muchos pueblos cordobeses, tenemos ejemplos de otras sociedades que toman en serio la salud pública y el ambiente, los conocimientos y sobre todo la voluntad colectiva de hacerlo.
Fuente: http://www.parendefumigar.blogspot.com/

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