Una de las críticas al Código de Faltas tiene que ver con las detenciones arbitrarias. La ausencia de respuestas institucionales a ese reclamo, motiva la organización de diferentes sectores para pedir la modificación de la ley. Una de las medidas más conocidas es la Marcha de la Gorra, que se viene realizando hace cuatro años en la ciudad de Córdoba
El Código de Faltas, surgido con la Ley provincial 8431, determina alrededor de ochenta conductas que serán sancionables porque afectan la normal convivencia de los ciudadanos. Tomar alcohol en la vía pública, la omisión de identificarse, el merodeo (estar en actitud sospechosa), la prostitución escandalosa y reuniones públicas tumultuarias son algunas acciones que pueden ser castigadas. Estas figuras no plantean un perjuicio para la vida cotidiana, pero sí recortan las libertades de los ciudadanos que cometen tales contravenciones.
Ahora bien ¿Por qué el Código de Faltas serviría para otorgarle “seguridad” a la población? y ¿De qué manera va a contribuir a la seguridad que 50 mil chicos con cara de sospechosos sean encerrados?
“Si el Código de Faltas surgió como una medida para bajar los niveles de inseguridad, y hoy vemos que la tasa de delitos no desciende, entonces significa que no cumple con la función que le fuera asignada”, explicó el abogado y profesor de Derecho Constitucional de la UNC, Dr. Horacio Etchichury.
El Código es eficaz para sostener un sistema económico y social que divide a la sociedad, e introduce la idea de que los jóvenes que provienen de barrios marginales, circulan por la ciudad para cometer hechos delictivos.
En carne propia
Son muchos los jóvenes que sufren la rigurosidad del Código. Es por ello que desde diferentes lugares, se trabaja para defender las libertades que les son negadas.
El Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos, organiza la Marcha de la Gorra. Hace cuatro años se viene realizando en Córdoba, el 20 de noviembre: Día Internacional de la Declaración de los Derechos de los Niños y las Niñas. Junto al Colectivo marchan organizaciones sociales, que apoyan el pedido de anulación del Código de Faltas.
El testimonio de los jóvenes plantea que pretenden obligarlos a ser algo que no son. La legislación en curso está en contra de su identidad, la de chicos de barrio, que se visten de cierta manera, asisten a los bailes, se reúnen en las esquinas y escuchan La Mona.
El código de faltas roza la creencia de que implementando más policías, habrá más seguridad. Muchos de los miembros que ingresan a la Fuerza son jóvenes, y no se les enseña que las personas son sujetos de derechos. Entonces, “ahí se convierte en una lucha de pobres contra pobres. Por ahí el policía es un joven que no ha tenido mayores oportunidades, y se convirtió en cazador. O cazás o sos cazado”, dijo uno de los jóvenes.
¿Qué hacer?
En caso de sufrir una detención arbitraria, se puede recurrir a un Habeas Corpus, para que un juez declare inconstitucional el artículo que le hayan aplicado (Modelo de habeas corpus en http://codigodefaltas.blogspot.com/)
Al mismo tiempo, existe el recurso de Habeas Data, por medio del que se solicita la información existente en los registros, respecto de las faltas cometidas. Pasados dos años, la falta desaparece de los antecedentes.
No es un problema que se reduce a estar en contra del oficial que cumple su trabajo. Se presenta como un conflicto que demanda una especial atención de todas las instituciones del Estado. Y a los ciudadanos les corresponde ponerse en el lugar del otro, para poder crear entre todos una sociedad más saludable
Magdalena Bagliardelli
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