sábado, 9 de abril de 2011

"TODO VUELVE...EL CARNAVAL"

Carnaval: pueblo, vida y color


A principios de marzo del 2011 se restauró en todo el país después de 35 años el feriado de carnaval. En esta nota te damos un par de datos para que no pienses que solo son dos días mas en los que no hay que laburar.

En noviembre del año pasado por medio de un decreto Presidencial que agregaba 4 feriados mas al calendario, se reestableció los feriados lunes y martes de Carnaval.

Mas allá la exaltación de los beneficios del carnaval en el ámbito turístico y económico y a raíz de este nuevo día no laboral seguro que mas de uno habrá pensado o escuchado a mas de uno caer en el gastado cliché de “para que queremos carnaval si el país es un corso”, seguramente son los mismos que no entienden de lo que se trata.

El carnaval es y ha sido siempre una expresión de la cultura popular. Aunque se remonta a civilizaciones muy antiguas el que se festeja en el país tiene su explicación  como fiesta cristiana, son los 4 días antes del miércoles de cenizas, día en que comienza la cuaresma. Sábado, domingo, lunes y martes se festejaba a más no poder ya que luego se vendrían 40 días de ayuno, antes de que lleguen las Pascuas.

La fiesta nunca fue bienvenida para quienes le temen a las reuniones barriales, a que los vecinos intercambien opiniones y compartan el disfrute. En el año 1844  Juan Manuel de Rosas prohibió los juegos de carnaval,  estos tardaron 10 años en reanudarse

Como quizás no muchos saben, el feriado de carnaval se imprimió en color rojo en todos los almanaques hasta el año 1976. En junio de ese nefasto año la ley 21.329 ejecutada por la Junta militar, prohibió los juegos con agua, las reuniones en las calles de los barrios y con ella cayeron los días festivos.
Durante los siguientes 7 años las agrupaciones carnavaleras, las murgas, y el pueblo entero fueron sesgados, silenciados y desaparecidos. En los años  que siguieron la democracia no logró reestablecer la alegría, el miedo aún formaba parte del paisaje. Recién hacia fines de los ’80, y fundamentalmente a mediados de los ’90, comenzaron a renacer las agrupaciones de carnaval.

El pasado lunes 7 y martes 8 de Marzo, en Córdoba y en todo el país los argentinos volvieron a sentir eso de lo que hablan muchos abuelos y que gracias a la resistencia de muchas agrupaciones  nunca murió del todo.

En la antigüedad el carnaval sostenía un espíritu irreverente,  se permitía la burla y la trasgresión, en esos días, campesinos, amos y esclavos estaban a la par.

En la actualidad el panorama cambia bastante pero la esencia reside en no tomar a estos dos días a penas como jornadas no laborales sino en tratar de llenar de contenido este nuevo  feriado.
La flamante concesión implica una recuperación histórica, anhelada y reclamada por agrupaciones y ciudadanos de todo el país, trae consigo la memoria de miles de argentinos que supieron vivirlo y las ganas de los novatos de empezar a experimentarlos.

La práctica carnavalesca  va más allá de una alternativa lúdica, permite la recuperación del espacio público por parte de un pueblo que reivindica la necesidad de la fiesta, la alegría y la celebración como componente  social y cultural. Muchas de las murgas y comparsas son ejemplo de compromiso político, de resistencia y de crítica social además de servir como herramienta de inclusión para muchos jóvenes

Esperemos que año a año crezca esta fiesta popular, que alcance mayor adhesión y desarrollo. Además quien no tiene ganas de salir cada febrero a  las calles del barrio y encontrarse de cara con la alegría, con los nenes jugando en la calle, disfrutar de un espectáculo gratuito y popular y tirar alguna que otra bombucha por ahí.


Eugenia Ceballos   

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