Los autoconvocadxs de Villa La Maternidad marcharon esta mañana en reclamo de viviendas dignas. Luego de cortar calles, intentaron contactarse con alguien de la empresa que se empeña a construir el puente. No hubo respuestas. Sin embargo, aseguran que la lucha continúa.
Es viernes antes del mediodía, el calor no es tan fuerte. Es una primavera que todavía tiene sus noches frías. La policía corta la avenida Garzón, en la parte que está frente al Dinosaurio Mall. Suerte para los canas que no hace tanto calor. El colectivo se debe tomar un pequeño desvío.
Allí, se encuentra un centenar de personas que cortan la calle. Pancartas, banderas, quema de neumáticos, megáfono. Todo bajo una consigna general: viviendas dignas.
Los vecinxs de Villa La Maternidad, con su símbolo semántico “Villa La Maternidad Resiste”, se ha tenido que ponerse de pie, con sus espaldas a cargar tres acontecimientos recientes y que dejan un quehacer. El primero es el fallecimiento de uno de sus militantes, el viejo Heraldo Eslava, muerto en un hecho confuso donde la carátula se lo da como muerte natural, aún cuando es encontrado con golpes en la cabeza. El segundo, es la construcción de un puente que conectaría con la villa a barrio Juniors. Para ellos, esto dividiría el barrio de ellos para luego de dar el primer paso de concretar el tan deseado desalojo para los más poderosos. Y tercero, la entrada de un proyecto de ley que consiste en la urbanización de la villa, que todavía está guardada en la Legislatura.
Luego del corte, los vecinxs deciden avanzar a pie por la calle. Con megáfono encendido, se dio paso a paso convocando a demás habitantes para participar de la protesta. A una cuadra, la pequeña movilización avanza hasta llegar al próximo semáforo.
Están acompañados por agrupaciones estudiantiles: la 29 de Mayo, C.U.B.A., PR (m – l) y M.B.S. Hasta el perro Pinga participó de la movilización. Después, retomaron al lugar de origen. Mientras los cánticos van directo al gobernador actual y próximo, a Bugliotti y a Minetti.
Allí, se dan paso a las aproximaciones del río. La policía, junto con sus motos, se aproxima aún más. Los vecinxs se acercan al obrador donde se construyen los materiales necesarios para el puente. Los canas tratan de impedir el avance. Hay tensión, pero sin terminar en incidentes algunos. Aún así, se cierra la entrada con una puerta de alambrados. Los autoconvocadxs exigen hablar con algún director. Los uniformados custodian la entrada. La protesta continúa.
La puerta sólo se abre para dejar pasar a algunos obreros. Tanto los jóvenes de agrupaciones como vecinxs le aclaran a los trabajadores que no están en contra de ellos. “Y si tienen problemas con sus salarios, pueden contar con los vecinxs de Villa La maternidad”, grita uno de ellos.
Siguen exigiendo hablar con alguien del directorio. No hay respuesta alguna.
Finalmente, la movlización se traslada a la sombra de una calle, con la satisfacción de concretar la marcha y de continuar con la lucha.
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